lunes, 21 de mayo de 2012

Las células madre

Cuando recién me quedé embarazada y fuí a una de las primeras consultas con mi ginecóloga me entregó una carpeta con mucha información variada y para que fuera guardando allí todas mis analíticas.
Dentro de esa información, la mayoria era publicidad de diferentes laboratorios ofreciendo el servicio de conservación del cordón umbilical. En ese momento a pesar de leerlo, no le hice mucho caso, recién me estaba acostumbrando a todos los cambios que estaba sufriendo mi cuerpo y mi mente y además supuse que sería algo carísimo e inaccesible para nosotros.
El Sábado pasado dentro de las clases de preparación al parto vino uno de los laboratorios a explicarnos las ventajas y ofrecer sus servicios y descubrimos con Alberto que si bien supondría una inversión sería algo que con un poco de esfuerzo podríamos afrontar.
He estado leyendo diferentes foros y hay miles de opiniones, algunas asegurando que no siempre te garantiza que las células sirvan para tratar la enfermedad, pero sí es real que hoy en día está demostrado que curan más de 80 enfermedades, ayudan en el tratamiento de otras y se sigue investigando.
Ojalá esta sea la inversión de dinero menos rentable de nuestras vidas y que Lucas o nadie de nuestras familias llegue a necesitarlas algún día, pero como hablábamos con el tío Andrés es casi como sacarle un seguro de vida a nuestro hijo y si algún día pasase algo, se que estarán allí para ayudarnos.
Yo animo desde aquí a todos los padres que puedan que hagan el intento. Aveces nos gastamos el dinero en vacaciones, viajes, coches, objetos materiales y nos olvidamos que la vida es muy fragil y cambia de un segundo a otro cuando pierdes la salud. Me acuerdo mucho de mi niño de la guarde Alejandro que lleva más de un año luchando contra la leucemia, y como los médicos han recomendado que tenga un hermano para poder utilizar esta opción.
De ahora en más muchas de las decisiones que tomamos pasan pensando en Lucas y sin duda esa es una de las cosas que implica ser padres. Se que de ahora en más habrá muchos menos viajes, cenas o salidas pero la sonrisa de Lucas lo compensará, como lo hace la de cualquier niño.

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